jueves, 3 de marzo de 2011

.

Caminando por mi ciudad, escuchando música y viendo cómo se mueven las ramas al son, oliendo las hojas que destruyo con mi mano. Así me encanta pasar mis tardes. Pensando en todo y en nada a la vez, irme lejos, fumar, pensar, esperar que pase el tiempo, con el que me peleo y reniego tantas veces y nada más. Detenerme en momentos, recordarlos, revivirlos. Así quiero ocupar los minutos, y sentir que pasan lento, que van y vuelven. Hasta que de repente ocurre. Mi piel siente lo que alguna vez sintió y mis oídos repiten y susurran palabras tan deseadas, que quisiera que fueran reales. Trato de tranquilizarme, de volver al pensamiento anterior, pero no puedo. Él, la persona más alejada en este momento se apodero por completo de mi, tanto como le gustaba hacer antes, y ahora, a la distancia y sin querer ni darse cuenta lo hace de nuevo. Y al final, así pasan mis tardes, y la incertidumbre llega, y arruina el baile de las ramas. Hasta que una nueva canción se apodera de mi, alejándolo con un fuerte ventarrón.

1 comentario:

  1. Me encanta! Te sigo, si gustás pasá por el mío, beso :)

    www.perfectaporfuera.blogspot.com

    ResponderEliminar