jueves, 17 de marzo de 2011

tu no eres mi media costilla

Definitivamente cuando lo veía algo me pasaba. Algo hacía que el me atrajera de esa manera. Y  cuando tube la oportunidad me acerqué, y entre balbuseos le decía que lo conocía. Aunque eso no fuera conocerlo, tal vez lo conocía de otra vida. Supe esquivar su resistencia y robarle un beso, y luego otro y luego otro. Y el cariño empezo a crecer, y ya era mas que un chico más, era un más que un amigo, era toda una compañía. Y seguía teniendo ese misterio que lo rodeaba, ese haz de luz que me atraía, que hacia que este cada vez mas pegada a el. Cuando descubria un secreto, abria la puerta a miles más. Lo que al principio habia sido una piedra que molestaba se destruyó dejando aires de frescura. Y se me hacía imposible respirar de otro aire. Hasta que la magia chocó con la realidad y la piedra volvió.Mucho más grande, en un río de lagrimas y pensamientos cruzados.
Yo llené su hueco, pero no por mucho tiempo.
"Hasta un simple cascote se ve feliz, se cree flor, o con derecho al mismo amor." roberto malatesta 

jueves, 3 de marzo de 2011

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Caminando por mi ciudad, escuchando música y viendo cómo se mueven las ramas al son, oliendo las hojas que destruyo con mi mano. Así me encanta pasar mis tardes. Pensando en todo y en nada a la vez, irme lejos, fumar, pensar, esperar que pase el tiempo, con el que me peleo y reniego tantas veces y nada más. Detenerme en momentos, recordarlos, revivirlos. Así quiero ocupar los minutos, y sentir que pasan lento, que van y vuelven. Hasta que de repente ocurre. Mi piel siente lo que alguna vez sintió y mis oídos repiten y susurran palabras tan deseadas, que quisiera que fueran reales. Trato de tranquilizarme, de volver al pensamiento anterior, pero no puedo. Él, la persona más alejada en este momento se apodero por completo de mi, tanto como le gustaba hacer antes, y ahora, a la distancia y sin querer ni darse cuenta lo hace de nuevo. Y al final, así pasan mis tardes, y la incertidumbre llega, y arruina el baile de las ramas. Hasta que una nueva canción se apodera de mi, alejándolo con un fuerte ventarrón.